El temblor en reposo:

Afecta sobre todo a las extremidades superiores y con menor frecuencia a las extremidades inferiores, labios, lengua, mentón… El temblor de la cabeza es raro en la Enfermedad de Parkinson. Como sucede con todos los temblores, empeora con el cansancio, la ansiedad y los fármacos estimulantes del sistema nervioso. Durante el día varía la intensidad y amplitud del temblor, y desaparece durante el sueño.
Es importante señalar que hay muchas causas de temblor y que no todas las personas con temblor padecen Parkinson.

La lentitud de movimientos o bradicinesia:

De manifiesto en fases iniciales de la enfermedad con actividades que requieren cierta habilidad o precisión como escribir, coser, afeitarse, etc. Sin embargo, y a medida que avanza la enfermedad, se puede hacer más evidente y aparecer en actividades de menos precisión como abrocharse un botón o pelar una fruta.

La rigidez o aumento de tono muscular:

Consiste en la resistencia a la realización del movimiento pasivo, tanto flexor como extensor de las extremidades. Al principio puede no ser advertida por el enfermo como tal y referir exclusivamente dolor a nivel de cuello, espalda u hombros o incluso calambres musculares debidos a la postura estática y flexionada de las articulaciones. Esta rigidez suele ser más evidente en las zonas distales de las extremidades (tobillo y muñeca) aunque también se observa en zonas intermedias (como codos o rodillas).

Los trastornos posturales:

Pueden ser iniciales, aunque lo habitual es que aparezcan en las fases avanzadas del proceso. La postura habitual del paciente tiende a la flexión del tronco, de la cabeza y de las cuatro extremidades. La marcha también se altera, con tendencia a la propulsión y a realizar pasos cortos. En periodos avanzados de la enfermedad, el paciente puede presentar bloqueos de la marcha con pasos pequeños sin apenas desplazamiento y con una gran inestabilidad para girar. Estos bloqueos de la marcha pueden dar lugar fácilmente a caídas. Los trastornos posturales y de la marcha aumentan en los lugares estrechos (pasillos, umbrales de las puertas) y mejoran en los amplios y poco concurridos.

Estos síntomas no siempre se presentan juntos, pero puede darse cualquier combinación de éstos. La asociación de dos o más de estos síntomas se denomina parkinsonismo.

Síntomas asociados o secundarios:

Cambios en el tono de voz que se torna más débil.

Cambios en el semblante que se vuelve menos expresivo.

Síntomas psíquicos: ansiedad, depresión y disminución de la libido.

Trastornos del sueño: insomnio, fragmentación del sueño y sueños vividos.

Síntomas sensitivos: rampas, hormigueos, e incluso, dolor en alguna extremidad.

Trastornos leves del sistema nervioso autónomo: estreñimiento y aumento de la sudación.

Alteraciones cutáneas: eczema seborreico, que afecta fundamentalmente la piel de la cara y el cuero cabelludo.

Disminución del sentido del olfato.

Fuente: https://parkinsonelche.es/sintomas-del-parkinson/